sábado, 28 de agosto de 2010

Paseando por el Cabanyal...


 

 








 



 El Cabanyal es un barrio marítimo a orillas del Mediterráneo valenciano. El Cabanyal nació como pueblo de pescadores  allá por el siglo XIII. Este antiguo pueblo, barrio valenciano desde el siglo XX, conserva las huellas de la trama reticular de las antiguas barracas donde vivían los pescadores; conserva las casas de la burguesía de fines del siglo XIX y principios del XX, con su porte neoclásico alegrado por la colorida cerámica valenciana. Junto a ellas se levantan construcciones de ladrillo rojo, típicas de la arquitectura española de mediados de siglo y hasta nuestros días.El Cabanyal se conoce por su historia y por su situación de decadencia y marginalidad. Paseando por este barrio te tropiezas con las casas decrépitas de la antigua burguesía, cristales rotos, puertas cuarteadas por el paso del tiempo; tropiezas con callejuelas donde la droga va y viene por cuerpos vencidos por el vicio o la tristeza.
En el año de 1998 el ayuntamiento de Valencia aprueba llevar a cabo un proyecto que se llevaba gestando desde años antes: la ampliación de una de las calles de principales, Blasco Ibáñez, hasta el mar, pasando por el centro del barrio del Cabanyal, por supuesto, con el consiguiente derribo de todo lo que se encuentre a su paso. Ese mismo año los vecinos del Cabanyal y otras entidades culturales crean la plataforma "Salvem el Cabanyal" para luchar contra ese plan. Tras muchos vaivenes en los tribunales de justicia, y muchas manisfestaciones, protestas y mamporros en las calles, a día de hoy el derribo de edificios del Cabanyal está detenido por el Tribunal Constitucional.
La plataforma Salvem el Cabanyal pide un plan de rehabilitación y restauración del barrio, incluso algunos vecinos afirman que sospechosamente en los últimos años, el Cabanyal ha dejado de recibir apoyo económico, como si se quisiera adelantar su derrota, como si una decadencia  más visible justificara una destrucción total y sin muchas concesiones. En algunas casas del Cabanyal cuelgan carteles de oposición al proyecto, en algunas otras de apoyo: ¿vale la pena cortar por lo sano para acabar con la marginalidad?, ¿la "doctrina de la cirugía social", de la extirpación total del mal menor para acabar con el mal mayor no ha dejado de estar vigente...? Para los políticos no hay tiempo que perder, si para acabar con la marginalidad y sacarle rentabilidad a un barrio que mira al codiciado mar hay que demoler en vez de realizar un plan de recuperación paulatina, demolamos. Total, si dentro de unos años nadie se va acordar, sólo los vecinos del Cabanyal que tengan que abandonar como indigentes su barrio "de toda la vida"  y que en tardes de melancolía relaten a sus nietos que existía un barrio de calles estrechas y casas de colorida cerámica frente al mar, no eran palacios, por eso no resistieron el paso del tiempo...

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