martes, 17 de agosto de 2010

El verano y sus fiestas


El Niño del Remedio

 Nuestra Señora del Rosario

 
La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción

No hace tantos años España era un país mayoritariamente rural. Durante el verano hombres y mujeres segaban la mies, en una mano la hoz, en la otra los dediles. El agua se mantenía fresca enterrando los botijos en la tierra y los burros acarreaban los aperos.
Gran número de las fiestas patronales de España se celebran durante el mes de agosto, coincidiendo con las fiestas Marianas y con la época de la recolección. Las fiestas mayores de El Provencio tienen lugar a mediados de agosto, el día 15  se festeja a la patrona del pueblo: La Virgen del Rosario; el 16 a San Roque, siempre acompañado de su perro "que no tiene rabo porque Ramón Ramírez se lo ha cortado", y el 17  al Niño del Remedio. Cada  mañana, mientras la mitad de los provencianos duermen o continúan la fiesta, el resto acompaña en procesión al santo correspondiente. Después la cofradía correspondiente organiza el "puñao", repartiendo  garbanzos, avellanas y caramelos a los componentes de su cofradía. Por la tarde se les lleva ofrendas que más tarde se subastan para recaudar fondos. 
Quizá en estos pueblitos ya nadie recuerde el origen de estas tradiciones, pero éstas nunca perderán uno de sus sentidos primordiales: el de compartir la alegría. Además, con el paso del tiempo adquieren una función primordial: el reencuentro de muchos de sus vecinos, emigrantes en las más diversas latitudes.


1 comentario:

  1. Así es Sofi, el sentido principal es compartir la alegría y reencontrarse con todos los que viven fuera pero regresan a las fiestas del pueblo. Es también el momento para el cotilleo y la "actualización". jajaja
    No había escuchado lo de enterrar el agua para mantenerla fresca, pero tiene mucho sentido. Acá utilizaban unas tinajas de barro muy grandes que ponían en los patios, generalmente bajo la sombra de un mango u otro árbol frondoso...
    Besos.

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