viernes, 29 de octubre de 2010

Estrategias infantiles...

Dibujo tomado del blog: http://seccionfemenina.blogspot.com

Mi vida en sociedad comenzó con la llegada a la escuela, a parvulitos. Recuerdo cómo al desconcierto general siguió, tras muchas clases, el contacto inicial con los compañeros. Poco a poco fueron surgiendo grupos de amigos, pequeñas colectividades de intereses afines. En menos de un año ya habían aparecido los empollones, los marimandones, los pícaros, los tímidos, los distraídos... Con el surgimiento de grupos diversos también comenzaron los primeros conflictos y sus estrategias defensivas: te levanto la falda, te tiro del pelo, te pego una patada... Había, entre todas, dos estrategias más sutiles: el "tú más..." y el "habla cartucho que no te escucho..."; pero estas estrategias no sólo eran las más sutiles, sino las más mezquinas, se basaban en la evasión de responsabilidades y en el ninguneo. Estas fórmulas lingüísticas tenían sus variantes, por ejemplo, si le decías a un compañero: "me has robado el estuche", él en vez de confesar, podía responderte con esta evasiva: "pues tú le rompiste el lapicero a Ana", respuesta que implicaba a su vez la acusación ante un tercero.
Desde hace varios meses mi cerebro ha desarrollado un inconsciente sistema de atención selectiva, siempre desconecta en cuanto aparece en la televisión o se escucha por la radio alguna intervención del partido político en el gobierno y la respuesta de sus opositores, que muchas veces se reduce a una sola oposición -nuestro sistema avanza a pasos agigantados hacia el bipartidismo, y al poco pluripartidismo que existe ya se encargan los medios de no prestarle atención-; pero el otro día me ocurrió algo inusual, un momento casi "epifánico", en mitad de mi abstracción, presté atención 30 segundos a la radio. Reproduzco, a grandes rasgos, el fragmento de debate que escuché:

PORTAVOZ DEL GOBIERNO: como ya nos tiene acostumbrada la oposición, ha vuelto ha aprovechar un asunto delicado de suma importancia para la estabilidad del país para sacar rédito político...

PORTAVOZ DE LA OPOSICIÓN: ¿acaso he de recordarle a su señoría que hace unos meses, en plena crisis de X, se dedicó a avivar el fuego sólo porque se trataba de una comunidad donde gobernaba nuestro partido?

PORTAVOZ DEL GOBIERNO: parece mentira que aluda a esas minucias cuando en estos tiempos difíciles de crisis existen tantos temas mucho más importantes que tratar...

Esta conversación se puede resumir, en su estructura discursiva,  de este modo:

PORTAVOZ DEL GOBIERNO: ustedes han hecho X

PORTAVOZ DE LA OPOSICIÓN: tú más...

PORTAVOZ DEL GOBIERNO: habla cartucho que no te escucho...

En un primer momento me reí de aquella disputa infantil, luego me puse a temblar cuando me percaté de que se trataba del Congreso de los Disputados... Pero, ¿qué importa?, nuestro cerebro tiene defensas inconscientes como la atención selectiva; y en último caso, si nos sucede cualquier cosa, tanto si nos vemos afectados por un caso de corrupción gubernamental, como si nos rompemos la pierna por pegarle una patada a la farola, siempre podemos echarle la culpa al gobierno, él se la echará a la oposición y la oposición dirá: "habla cartucho que no te escucho..." ¿A poco no es un sistema perfecto...?

Nota: el debate entre el portavoz del gobierno y el de la oposición es ficticio, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia...

miércoles, 27 de octubre de 2010

Mi primer día de universidad...


Cuando era pequeña imaginaba la universidad como una especie de lugar sagrado, en mi imaginación se mezclaban iglesia, palacio, universidad y museo, sólo sabía que eran lugares muy grandes y misteriosos... Lo único que en mi imaginario distinguía a estas instituciones era la gente a la que se asignaba cada una: la iglesia era para los curas, el palacio para los reyes, el museo para el arte y la universidad para los sabios. Según fui creciendo la universidad se fue desacralizando, pero continuó siendo para mi imaginación un lugar donde se guarda y aflora la sabiduría. Por fin llegó mi primer día de universidad, tras subir y bajar escaleras en la horrorosa y gris, en todos los sentidos,  facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid (en aquellos días famosa por el rodaje de la película tesis), por fin encontré mi aula. Era una estancia grande de interminables filas de pupitres, repletos de gente de más o menos de mi edad. Muchos permanecían abstraídos en su timidez, otros empezaban a hacer migas con el compañero que el azar había colocado a su lado  aquel día. Me senté, observando el ambiente, nerviosa y curiosa, de repente el murmullo se apagó, acababa de entrar el profesor. Era un hombre anciano, pero enérgico, alto, de pelo cano y ademanes bruscos, de arrugas firmes, como cicatrices. Se llamaba Fernando Ripoll, por el acento y el apellido supe que era valenciano, se presentó y seguidamente pronunció este "memorable" discurso:

"Esta mañana, de camino hacia la facultad, he cruzado por delante del metro y me he fijado en la escultura que está frente a la facultad de Medicina. Representa a un hombre joven, vigoroso, sobre un hermoso caballo. Tumbado en la tierra yace un anciano, derrotado por la debilidad de la senectud, estirando en un último esfuerzo su brazo moribundo para lograr darle el relevo al hombre joven. Yo soy el anciano, ustedes son el jinete vigoroso que recoge el relevo de mis manos"

Mi yo romántico se emocionó, mi yo burlón pensó: "ha aquí un hombre de otra época, ya nos viene con su retórica emotiva para principiantes". Luego el tiempo pasó, como aquella maldita universidad no se cayó por su propio peso y su mucha desidia (admiro enormemente a los profesores que se mantenían activos y optimistas en aquel ambiente de párvulos peludos y catedráticos del "corta y pega"), decidí marcharme por mi propio pie en busca de aquel archipiélago maldito, inútil, improductivo y sin futuro (juro que escuché más de una vez estos adjetivos) llamado Humanidades. Efectivamente, no es oro todo lo que reluce, pero no es momento de hablar de aquel fascinante archipiélago con sus especímenes de tiranosaurios vitalicios, sus sistemas de escritura compulsiva y las inefables investigaciones sobre el color de los calzones de Edgar Allan Poe, este tema merecería una enciclopedia. Sólo quería recordar el "inolvidable" discurso de Fernando Ripoll que rememoro cada vez que salgo del metro Ciudad Universitaria y me cruzo con la estatua, aunque mi yo romántico ya no se emocione, mi yo burlón siempre inventa un nuevo discurso:

"Ven ustedes este venerable anciano, derrotado por el peso de los años, no se fíen de él, sólo ofrece el relevo al joven como una artimaña para lograr tirarlo del caballo. No se sabe muy bien si para quedarse con el caballo, con el joven, con el relevo, con la dama que lo esperaba o con todos a la vez. Jóvenes, sólo recuerden este consejo, en esta facultad, como en otras, nada es lo que parece y mucho menos lo que  imaginan..."

lunes, 25 de octubre de 2010

En un pueblo cualquiera de la Mancha...

Las tablas de Daimiel...






Las tablas de Daimiel es un Parque Natural situado en la provincia de Ciudad Real, humedal formado por la confluencia de los ríos Guadiana y Cigüela. Las tablas llevan varias décadas en peligro de desecación constante, las aguas del río Guadiana, cuyas aguas forman el acuífero 23, ha estado sobre-explotado por la utilización sin control del agua para el regadío. Para controlar esta situación y proteger el paraje se declaró Parque Nacional en 1973. Esta es la tercera vez que paseo por el parque, la primera vez fue desoladora, casi no había agua, sólo el amarillo de los juncos, carrizos y eneas. La segunda vez, tras sobrevivir a un largo período de sequía, las recuerdo rebosantes de agua y de aves. Esta es la tercera ocasión y no logro acertar si su estado es desolador o prometedor. Recuperadas de un grave incendio subterráneo acaecido el año pasado que amenazó gravemente su existencia, todavía se notan sus estragos, raíces quemadas, tarayes secos, agua escasa... Según parece, las tablas continuarán una existencia agónica.

Pasando la tarde...


viernes, 22 de octubre de 2010

lunes, 11 de octubre de 2010

Reclamación


A la atención de las compañías aéreas:

Como cliente asidua de sus empresas, me siento muy indignada. Ya he descubierto todo el pastel, las interminables horas de vuelo y las "escalas fantasma". En realidad partimos de México, nos dan unas vueltas por el océano, en caso de que no haya escala, y luego regresan al mismo país. O nos dan unas vueltas por el océano, nos paran en un lugar estratégico llamado aeropuerto, que todos son iguales, y nos hacen esperar unas horas para agarrar un avión diferente y llevarnos de regreso al mismo país. Pero lo peor no es el dinero y el tiempo que nos hacen perder, sino los quebraderos de cabeza, uno siempre quiere tomarse una chela en una cantina con los cuates y al rato ir al bar del barrio a seguir bebiendo cañas; y al no ser posible el preciado don de la ubicuidad, nos invade una enorme nostalgia...Y pensar que por el mismo camino se llega al Popocatépetl y al Guadarrama, y tantos años sin saberlo... Lo que no entiendo es cómo son capaces de montar escenarios tan verosímiles que parecen diferentes, con qué fin nos exigen visados y nos hacen pagar  aduana por llevar 50 kg de chiles o 45 de jamón serrano. Según está el mundo, seguramente se trata de una conspiración del eje del mal, formado por Colón (de la Pinta, la Niña y la Santamaría a toda una flota aeronáutica sólo hay un paso...), Moctezuma y la china poblana que desde el más allá manejan los hilos para que no nos demos cuenta de que España y México son uno...¡todos somos mexicanos!

Les ruego una indemnización acorde con los daños ocasionados.

Atentamente.

Lupe de Chamberí 
http://alphadesigner.com/project-mapping-stereotypes.html




Las edades del hombre...

La llegada del otoño