jueves, 18 de noviembre de 2010

Manifiesto anti-ruinas












MANIFIESTO ANTI-RUINAS

Reunidos en Uclés, frente al monasterio que reutilizó las piedras de las ruinas romanas de Segóbriga, a día 18 de noviembre, un grupo de gamberros de las más diversas edades  y procendencias geográficas, geométricas y clasísticas, hemos decidido firmar este manifiesto como solución drástica frente al virus nacionalista que amenaza el orbe humano y ovejuno de este nuestro pequeño planeta solar.Declaramos:

1.Si el hombre no ha aprendido a vivir con la historia sin reinterpretarla de forma maniquea y reductiva, acabemos con sus vestigios.
2.Empecemos por Altamira, no vaya a ser que algún místico-primitivista se declare descendiente directo de los pintores cuaternarios y por derecho paleolítico de antigüedad reclame su posesión  legítima de la Península.
3.Continuemos con otros vestigios dispersos, arranquemos pedruscos ibéricos, celtibéricos, vascones, tartesos, carnícos y caloríficos y lancémoslos al mar para que todos juntos y revueltos a 20000 metros de profundidad parezcan una y la misma cosa.
4. Por si acaso queda algún vestigio fenicio, quememos Cádiz y también Ampurias y Rosas, por si los griegos.
5.Alcemos palas, robemos grúas, excavadoras, perforadoras y cucharas para borrar cualquier huella del imperio romano, no vaya a ser que en una nueva locura erótico-festiva a Berlusconi le dé por reclamar su derecho sobre Segóbriga o Sagunto para organizar orgías de ambientación imperial.
6.Es esencial acabar con cualquier resto visigodo, estos si que hincaron bien el diente en nuestra historia oficial. (Varios de los firmantes de este manifiesto aún recuerdan la lista de los reyes godos aprendida con fervor infantil en el colegio)
7.Destruyamos los vestigios de Al-Andalus y por extensión todo resto mozárabe, mudéjar o familiares. (Nota: se trata de vestigios, es decir de objetos, piedras, monumentos, etc; no de seres vivos. Es importante subrayar este aspecto, debido al odio ancestral que guardan algunos hijos de vecino a todo lo que suene a árabe y viceversa)
8.Iniciemos la más difícil de nuestras misiones, para la que requeriremos el concurso de ingenieros y batallones de personas que ofrezcan como ofrenda un ramillete de explosivos en todo monumento erigido por orden y gracia de la reconquista, y sus reyes y frailes luchadores. (Nota: en este caso también nos referimos a seres inertes, no a reyes, ni párrocos, ni obispos...)
9. Aunque lo restante sea menor en número, también debemos estar ojo avizor contra cualquier resto de invasiones u otras huellas históricas. Es primordial devastar los museos, cualquier pista debe ser borrada

Llamamos a los otros países a que unan sus fuerzas con nosotros en este cometido, con la esperanza de que la desmemoria nos dé un año de paz, no esperamos mucho más.

3 comentarios:

  1. ¡Juas, tu pluma es mordaz como una cobra almizclera, Sofi!

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  2. ¡Chale!, pues el veneno no es buen elemento, iniciaré un curso intensivo de sublimación de elementos, antes de pensar en la autocensura temporal...Eso o hacerme bailarina de ballet, aunque a mis años...
    Un besote

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  3. Suscribo también. Ofrezco un generoso ramillete de explosivos a cambio de un pacto de reciprocidad en tierras mexicanas, donde tales acciones son harto urgentes en vestigios aztecas (botín de fachos seudomechikas), coloniales, neocoloniales y demás. Abrazotes siempre fraternos.

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