domingo, 18 de julio de 2010

La ruta de don Quijote


La Mancha es conocida mundialmente por las aventuras y desventuras del caballero más entrañable de todos los libros de caballerías: "Don Quijote de la Mancha". Al pobre le ha tocado la pesada y eterna condena de la fama y ha tenido que sufrir las manías de muchos estudiosos. Don Quijote ha sido marxista, ultracatólico, incluso homosexual; se ha estudiado su demencia, se ha psicoanalizado. Y no sólo sobre él ha caído esta maldición (la de la fama y la de no leerse el prólogo), sino sobre otros personajes del libro; e incluso sobre su caballo, Rocinante, acerca del que existe una tesis doctoral de veterinaria. Aquí les dejo un fragmento de un artículo del autor de dicha tesis, aunque no se lo crean, no es humorístico:

 Por poco avisado que uno fuere, la reiterada o somera lectura del Quijote hace darse cuenta de que el caballo famoso, al que “oprimió el lomo y rigió el freno” el Hidalgo manchego, es una de las capitales figuras de la novela inmortal, un personaje cuya singularidad equina ha pasado al universo literario. Cervantes le cita muy concretamente en veintiocho de los capítulos del libro, con tantas alusiones a su caracterología y rasgos somáticos que sorprende a primera vista que, hasta el año 1921, no se hiciera un loable intento de estudiar la personalidad de Rocinante como équido entre los numerosos comentaristas y glosadores de la novela.
   Cervantes trata a este mísero caballejo, a través de esos capítulos, como a una de sus más entrañables criaturas de ficción; pero… ¿fue Rocinante sola y totalmente hijo de la fantasía creadora del autor? Si de los personajes del Quijote se ha planteado la crítica del problema de dónde se inspiró Cervantes para crearlos, posición erudita basada en el realismo cervantino a la que debemos valiosos resultados, también habrá de estar dentro de ese problema el de la posible filiación real de este caballo inmortal.(www.proculto.com/revistas/revista5/ROCINANTE.htm)

 Pues por fin he llegado a la famosa tierra de la Mancha, árida e infinita. En uno de mis paseos vespertinos me encontré con este cartel: "Ruta de Don Quijote", los caminos que nadie trazó, ni siquiera Cervantes, los traza sin complejos   la oficina de turismo. Caminando por la senda por la que dizque caminaron don Quijote y Sancho Panza, con el sol justiciero cayendo sobre mi frente, rodeada por el secarral de la Mancha, creí comprender por qué Don Quijote leía tantos libros de caballerías y se lanzó a la aventura por estos campos intransitables: sufría de mortal aburrimiento... Seguro que desde que lo nombraron caballero su vida se hizo algo más leve, no hay lugares más divertidos y emocionantes que las encrucijadas de caminos y las ventas, sobre todo en un lugar como la meseta manchega...







2 comentarios:

  1. Mi querida Sofi, ¡bienvenida a tierras panciverdes! Yo estoy en Bogotá, te escribo en breve y te cuento.
    Abrazos.

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  2. ese caballo que viene de la manchaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! jaja, eso decía el mítico palomino en un programa del buenafuente cuando estaba en la televisión catalana, qué bueno era! Pues acá te seguiremos, como siempre mi amor!

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